jueves, 13 de marzo de 2008

El día que murió la risa

Entonces me puse a pensar en quienes me han hecho reir todos estos años. En Groucho Marx y Charles Chaplin, en Buster Keaton y Jerry Lewis, en Don Adams y Woody Allen y Mel Brooks y todos los demás. En los mediodías de la infancia con Moe, Larry & Curly, en los chistes inocentes de Pepe Biondi, en el paso de comedia elegante de Dick van Dyke, en en el disparate sofisticado de Monthy Python. Me he reído mucho aun en tiempos oscuros, y siento una deuda de gratitud con todos ellos. He pensado esto ayer en la noche cuando la televisión argentina rendía tributo a uno de sus humoristas más brillantes el día de su muerte. He pensado qué pena, habiendo tanto hijo de puta por ahí, que se haya ido con su humor filoso pero también pura ternura, porque había ternura y disimulada melancolía en los ojos de Jorge Guinzburg, había una ligera tristeza de payaso que lo volvía entrañable y conmovedor. He pensado todo eso, como tantos de ustedes y de quienes derrocharon cariño en los sitios saturados de internet, y presa de mi oficio intenté ponerle un título a la noticia, encontrar una idea o un sentimiento aprisionado en veinticinco caracteres, tenés 10 minutos para entregármelo, como sucedía en los tiempos en que trepaba a la Olivetti en pleno cierre para despedir a figuras del espectáculo si la nota necrológica no había sido preparada, como ocurre muy a menudo, con anticipación. Y fue entonces cuando recordé la escena, un kiosko con el último ejemplar de Time recién llegado a Buenos Aires una semana tristísima de diciembre de 1980, y el título de la portada pegándote en los ojos: THE DAY MUSIC DIED.

4 comentarios:

bonito lunch dijo...

la verdad que la noticia de la muerte del petiso me dio una tristeza tremenda, pero la de lennon fue como la muerte de un familiar para los que tenemos unos añitos ya, y crecimos con john y sus amigos.

JM Bouthemy dijo...

No sé si da para tanto título, pero, sin ser un seguidor de su vida y obra, ¡qué cerca que lo sentíamos! Desde que tengo memoria están sus bigotes dando vueltas por algún lado. Y, es cierto, había algo de ternura en su mirada. Era el tío Jorge (creo que alguien ya lo dijo, pero también lo siento así): un poco jodón, un poco padrinazo. Saludos.

Chica eléctrica dijo...

el argumento -muy escuchado en estos días- de que porqué se murió un tipo bueno si hay tanto hijo de puta dando vuelta, me parece bastante tonto.
vamos, todos se mueren, los buenos y los hijos de puta, los desgraciados y los agraciados, los feos y los lindas. una más temprano que otros, una más trágicamente que otros, pero todos al final. así es esto.

Victor Hugo Ghitta dijo...

Es cierto, chica eléctrica, sucede a veces que nos ponemos un poco bobos y nos dejamos llevar por un sentimentalismo ramplón. Quizá sea esto de estar en los medios (como productores de noticias, pero también como espectadores) lo que fatalmente nos vuelva previsibles y un poco tontos. Gracias por estar ahí, tan alerta.