jueves, 10 de abril de 2008

Lo inalcanzable

El amor, el deseo, la literatura, la muerte. Luis Gruss, escritor y periodista, acaba de publicar Lo inalcanzable (Las mujeres en la vida y la obra de Franz Kafka, Fernando Pessoa y Cesare Pavese). Ninguno de ellos, dice, pudo entrar al terreno firme que solemos llamar realidad. Ninguno pudo establecer lazos estables con los demás, con el tiempo en que transcurrieron, con la vida en general. Les costo especialmente acceder a las mujeres, tanto en el plano sexual (si es que existe en estado puro), como en el terreno afectivo. Añade Gruss: “Nada es alcanzable en su totalidad, ni siquiera aquello que en principio se obtiene a manos llenas y se retiene por un tiempo… Me concentré especialmente en las mujeres porque veo en ellas una imagen posible de lo inalcanzable, una metáfora perfecta de todo lo que se procura obtener con inapagable sed de absoluto: el amor, la realización de los sueños, el placer de vivir y convivir con plenitud. Pero eso tan deseado se ubica siempre un poco más allá o más acá de lo esperado… Hay algo que falta (siempre) y algo que siempre se ofrece aun bajo a forma de espejismo para compensar la carencia. Existe como trasfondo una pulsión de vida, muerte, pasión y resistencia”.

8 comentarios:

LAU dijo...

Hola,
es bonito ser objeto inalcanzable, pero más cuando te miran a los ojos de tú a tú.

Anónimo dijo...

Yo diría que Gruss tampoco está muy bañado de realidad. ¿Alguien leyó sus poesías? Como profesor de TEA hace comprar sus libros de poesía a todos sus alumnos. Añado que a diferencia de los autores que retrata en el libro, Gruss tiene facilidad en conectarse con el sexo. No digo opuesto, pues un amigo al que Gruss le tiró onda marcaría mi inexactitud. Las quejas en la dirección de TEA por el promiscuo profe son tantas y tan diversas que ya son desoídas de manera sistemática.

Anónimo dijo...

Diría que "anónimo" es un ex alumno que envié a examen de diciembre el cuatrimestre pasado en la escuela Tea donde soy profesor de una materia de segundo año. Como suele ocurrir con mis alumnos de tea (por suerte no con todos)"anónimo" ataca de manera sucia (baja) pero sin fundamentos y sin chequear fuentes. Muy raramente escribo poesía. O lo hago ocasionalmene y para mí. En estos días, sin embargo, aparecerá mi primer libro de poesía que va a llamarse Finlandeses. Por lo tanto mal pude obligar a mis alumnos a comprar "todos mis libros de poesía" como informa (mal) don anónimo. Jamás obligué a comprar un libro ni siquiera de cocina. El comentario poniendo en duda mi identidad sexual sólo ofende con razón a los homesexuales. Si digo que no es mi caso (me gustan las mujeres) aclaro que es por opción natural. Los hombres, por ejemplo "anónimo", no podrían atraerme jamás. Pero en una sola cosa tiene razón "anónimo" (que por algo no da la cara); es cierto que no estoy bañado de realidad. Al contrario, vivo en un mundo lejano, una nube de pedos, una burbuja de silencio en el desierto de los ruidos en donde está prohibida la entrada a los anónimos que ensucian el universo para siempre. Luis Gruss.

Anónimo dijo...

Yo fui alumna de Luis en 2006 y desconozco lo que “anónimo” dice ¿Así que nos hizo comprar un libro de poemas a todos sus alumnos? ¿Todos sus alumnos serían los miles que pasaron por Tea durante años, aún cuando no había escrito ningún libro? Le agradecería a X que me diga cuál era, en el caso de ser así, porque Gruss no tiene ningún libro de poemas y jamás nos obligó a comprar nada, apenas nos recomendó alguna obra.
Creo que este chico (lamento que no de la cara) sólo dice comentarios inaceptables, vulgares y mentirosos. Le recuerdo que un buen periodista debe informarse mejor, en el caso de que haya comprendido el mensaje que dan los profesores en Tea, o averigüe bien antes de dar una noticia.
Así que el profe tiene “facilidad en conectarse con el mismo sexo”, ¿se puede conectar por medio de un transformador, chip o computadora? Aunque le informo a “anónimo” que su fuente es errónea porque lamentablemente a Luis, le gustan las mujeres (tal vez este chico se haya convertido en un admirador secreto, que como no encontró eco en el profesor, decide desacreditarlo anónimamente con bajezas que no tienen ningún valor)
También, “las autoridades desoyen las quejas de manera sistemática” ¿Por qué siguió en la escuela de periodismo si dice que nadie hizo nada? “Anónimo” es una vergüenza para cualquier estudiante de Tea y también para la imagen de la institución.
Este chico está tan lleno de cosas, tan preocupado por la vida de los demás, tan desinteresado por su alrededor y sobre todo por dar conocer una verdad que sólo existe en sus sueños. Le recomiendo que vaya a terapia y en el caso de que la haga, que elija a un buen profesional para que lo ayude porque, no está bien.
Además, como periodista, me siento indignada por este “colega” que ensucia nuestra profesión con líneas sin validez. Si Gruss está tan lejos de ser un “bañado de realidad”, ¿acaso alguien puede estar cerca de la realidad? ¿Se puede sumergir en ella como si fuera una pileta, ir a verla o visitarla?

Antonella.

Victor Hugo Ghitta dijo...

Una pena, no lo imaginé así. No había sucedido hasta ahora: el agravio, la impunidad de quien se oculta, la homofobia, además. No tengo idea de qué condición sexual tiene Luis Gruss, ni me importa: sea feliz él con sus elecciones como yo intento serlo con las mías. En cuanto a sus libros de poesía, me entero que no los tiene todavía: lástima, "Lo inalcanzable" tiene una dosis de lirismo en la que se prefigura un buen poeta.

Anónimo dijo...

Si tuviese un amigo, aspiraría a que Gruss lo fuera. Seguramente conversaríamos de mujeres … Total, para enemigos, hay un montón de anónimos.

Anónimo dijo...

Hola Luis;
hace mucho compré y leí tu libro. Y esta tarde limpiando un poco mi biblioteca lo volví a ver. Roberto Bolaño dijo alguna vez que la única manera de no perder un libro es leyéndolo. Bueno,con "Lo inalcanzable" comprobé que (al menos para mí),tiene razón a medias.
Cuando lo dejé entrar entre mis otros libros eran tiempos jodidos y (salvando las distancias),cuanto más leía más en evidencia me sentía. Llegué a prohibir (sin dar nunca una explicación más allá del no) a cuanto personaje que rondara mi biblioteca siquiera sacarlo de entre el resto de volúmenes: creía ver demasiados de mis fantasmas a la vista de cualquiera. Por suerte, las cosas cambiaron y él se perdió en lugar de mí.


Solamente te quería dar las gracias.

Anónimo dijo...

Soy de Tucumán, buscando bibliografia sobre Pessoa encontré una crítica de este libro en la revista Ñ y decidi comprarlo. El libro es simplemente genial. Admiro el trabajo de investigación y respeto sobre todo la atrapante frescura del relato.

Justina.