domingo, 29 de junio de 2008

Mapas del futuro

Me preguntan qué sucedió. Digo que nada, apenas una enfermedad miserable que me derrumbó una semana en cama, sin demasiadas ganas de nada: lecturas, música, películas, todo quedó para el día después. Escibir, también. He vuelto a leer esta mañana. Leo, entonces, un párrafo de Hanif Kureishi en Mi oído en su corazón: “Lo que yo le exigía a la lectura era que aumentase mi sabiduría y lo que yo consideraba mi orientación. Con esto quería decir tener ideas nuevas, que funcionasen a modo de herramientas o instrucciones e hicieran que me sintiese menos desvalido en el mundo, menos abandonado, menos niño. Si las cosas las sabías por adelantado, no te asustarían tanto, estarías preparado, como si tu hubieran dado un mapa del futuro”. Eso: un mapa del futuro. He estado pensando, también. Este blog cambiará de nombre pronto, dejará su denominación actual por otra que hable más nítidamente de él. En el camino he descubierto que no es un observatorio de medios lo que me interesa llevar adelante. No ahora. La escritura personal, la bitácora privada, me permite jugar con el lenguaje, urdir pequeñas historias, merodear un territorio parecido al de la ficción aunque con anotaciones muy personales. ¿El nombre? Ya lo veremos. Dénme unos días, habrá novedades.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque el otro tema me resultaba interesante porque compartimos profesión, me alegra mucho el nuevo rumbo: tus escritos-reflexiones personales son un bocado de nube. Saludos desde el verano europeo y espero que estés recuperado.

Paula Carri dijo...

Gracias por compartir un poco de su mundo privado. Un saludo :)

Anónimo dijo...

Gracias. Un placer saber que están ahí, siempre.

Víctor

Anónimo dijo...

Qué bueno que estés de vuelta. Pasé varias veces, recorrí el vecindario por si te dejabas ver...pensé que te habíamos perdido, pero aquí estás vivito y escribiendo. Enhorabuena!